Este artículo fue actualizado en: Junio de 2019
Este artículo de la visita a Panamá y el evento en Tocumen es medio largo y por lo tanto está dividido en tres (3) partes. Estás a punto de comenzar a leer la parte uno (1). Elige aquí otra parte a la que quieras ir: | Dos (2) | Tres (3) |
La organización PTY Sky Lovers, con la colaboración de las autoridades del Aeropuerto Tocumen de Ciudad de Panamá, organizó un evento de fotografía aeronáutica los pasados 27 y 28 de abril de 2019.
Un muy buen amigo cercano a la organización me avisó del evento con algunas semanas de anticipación, y me ofreció hospedaje y “logística” en general en caso de asistir. Lo único que yo tenía que hacer era llegar.
Ese “solo llegar” para mí era un rollo igual, porque los tiquetes aéreos desde Colombia en general son caros, el peso colombiano no vale nada, y estoy bien pelado.
Sin embargo revisé todas las opciones, y el tiquete en Wingo estaba más o menos manejable, ya que la fecha de viaje estaba todavía a varias semanas, y no iba a llevar equipaje en bodega.
Así que tomé la decisión ahí mismo y compré el tiquete, porque si uno no aprovecha esos precios cuando los ve, luego cuando se decide suelen haber subido un montón (y en efecto, revisé unos días después y ya estaba la cosa como un 40% más costosa).
Yo ya había ido a Panamá, pero no había volado en Wingo ni usado el Aeropuerto de Panamá Pacífico. Entonces, como siempre que puedo hacerlo, para mí resultó emocionante probar aerolínea nueva y Aeropuerto nuevo. Solo por la pura curiosidad aeronáutica.
Así las cosas, llegó el día de ir a Ciudad de Panamá de nuevo.
Avión: Boeing 737-700
Aerolínea: Wingo
Llegué al Aeropuerto y me acerqué al mostrador de Wingo, allí revisaron todo y le pusieron unos identificadores al equipaje.
Antes de eso me hicieron ir a imprimir todo el itinerario porque “era requerimiento de las autoridades en Panamá”. Fui y lo imprimí y estuvo eso listo.
Ahora, al llegar a Panamá nadie me pidió eso. Pero sé que en ocasiones lo hacen… a mí se me olvidó esta vez, igual por lo general imprimo todo antes de viajar.
Pasé a emigración y me preguntaron si era la primera vez que iba a Panamá y a qué iba. Luego me quité los zapatos y todo el ritual, y pasé el chequeo de seguridad.
Por último me pusieron el sello de salida, y todo estuvo listo.
En la sala de espera hubo dos cosas interesantes:
Primero, me encontré con mi amiguis Andrés C.L. El man estaba haciendo horas de vuelo en Halcones cuando yo estaba en esas también.
Está trabajando en Copa desde hace un tiempo, e iba de salida para Ciudad de Panamá también (pero en la cabina de mando, no en la de pasajeros como yo).
Me preguntó si iba en su vuelo, le dije que no. Entonces hablamos un rato y luego se fue a hacer su trabajo. Me alegró ver al loco.
Fuera de eso, en la terminal de carga había un Boeing 747-400F de Atlas, y desde la sala de espera internacional se veía perfecto. También había un McDonnell-Douglas MD-11F de Western Global, pero estaba detrás del 747, entonces no se veía tan bien.
El Boeing 747-400F que estaba ahí casualmente ya había visitado MDE. Su matrícula es N412MC, y en noviembre de 2012 fue uno de los Aviones encargados de la logística para el concierto de Madonna en Medellín.
En ese entonces le tomé una foto justo aterrizando con mucho humo, si la quieren ver, pueden hacer click aquí.
Tomé pues algunas foticos y me senté a esperar. Pasó el tiempo y el Boeing 737-700 que me llevaría a Panamá llegó. Venía precisamente de Panamá Pacífico, luego nos llevaría de vuelta allá, y luego regresaría a Colombia, pero a Bogotá.
El HP-1377CMP estaba llegando a tiempo y se ubicó en la posición 12B del sector internacional. Pronto iniciaron el abordaje, con las prioridades usuales (gente que requiere ayuda, gente que ha comprado el abordaje rápido, y luego por filas).
Me senté en mi puesto de ventana al lado izquierdo del Avión, guardé mi equipaje en el compartimiento superior y me preparé para el vuelo.
El espaldar del asiento delantero estaba muy rayado. Estoy seguro de que la empresa intenta mantener sus Aviones en la mejor condición posible, pero no se puede pelear contra una horda de gamines. Qué lástima.
Tan es así, que en los anuncios las auxiliares de vuelo decían que por favor no los rayaran. La gente siendo como es, a lo mejor eso les dará más ánimos para rayarlos solo por la pica.
El caso es que fuimos remolcados e iniciamos nuestro rodaje. Justo en esas estaban remolcando también al Jumbo de Atlas.
Los Pilotos de Wingo son de Copa en realidad, y vuelan Aviones de una aerolínea y de la otra. Así que en los anuncios de seguridad la Primer Oficial dijo:
-“Gracias por volar en Copa Airlines… errrrr… Wingo”.
Las auxiliares rieron.
Despegamos haciendo una salida normalizada que nos llevó a virar a la derecha en ascenso para volar de nuevo el Aeropuerto y luego sobre Medellín, y ahí continuar nuestro vuelo a Panamá Pacífico.
Ingresando a la pista 01 para despegar.
Comenzando a ascender. Visible la terminal de pasajeros y la de carga, con el MD-11F en su posición.
A la vista la zona de embalses mientras seguimos virando suavemente a la derecha para sobrevolar el Aeropuerto de nuevo.
A partir de Medellín, y casi hasta llegar al Océano Pacífico en descenso, estuvo nublado. Ya llegando a Panamá se vieron las islas muy bien, y la nubosidad desapareció.
Islas llegando a Panamá.
Segundos antes de aterrizar.
Aterrizamos más bien fuerte, y luego seguimos hacia la plataforma. El Aeropuerto de Panamá Pacífico era una base de Estados Unidos en la época en que ellos controlaban el Canal de Panamá. Howard se llamaba.
Una vez estuvo bajo dominio panameño, decidieron que fuera un Aeropuerto con servicio comercial también.
En estos momentos únicamente opera Wingo, antes operaba VivaColombia (hoy en día Viva Air) también.
Siendo el único vuelo que estaba operando en ese momento, desembarcamos por escaleras por la parte de atrás y adelante del Avión, luego fuimos dirigidos a una edificación cuadrada donde cerraron la puerta tan pronto ingresó el último pasajero.
Allí, vigilados por los agentes hicimos el proceso de inmigración mientras en la pared había varios anuncios como:
-“Amigo colombiano tiene 90 días para estar en Panamá como turista.
Amigo Venezolano tiene 30 días para estar en Panamá como turista.”
Pasé el proceso de inmigración y aduana sin problemas, y ahí en la plena salida estaba mi amiguis Jarib esperándome ya.
Me brindó chicle, también galleta. Prendió su Toyoneta.
El amiguis donde me estaba quedando vive en las afueras de Ciudad de Panamá, en la zona de Panamá Oeste. Y el taco para ir de un lado a otro es legendario, entonces el día que yo llegué no fuimos a la ciudad.
Nos fuimos mejor aún más al occidente de la ciudad, y fuimos a un parque nacional que se llama Altos de Campana.
En el camino vi el mejor bus del universo, un diablo rojo pintado con Kim Jong-Un (como sabrán estoy muy interesado en temas de Korea del Norte).
En el camino entre Panamá Pacífico y el parque hay puros restaurantes de comida paisa.
Supongo que están bien si uno va de paso casual y tiene hambre, pero yo no sé como hace la gente aquí (paisalandia) para comer eso todo los días y no morir de infarto fulminante a los 24 años.
El caso es que llegamos al parque y dimos una vuelta por allá un par de horas. Tiene una vista bonita hacia la zona de Chame y Río Hato por allá al fondo.
Yo ya había visitado Panamá, pero no había salido de la zona de Ciudad de Panamá y el Canal.
En mi imaginario, por alguna razón, no tenía a Panamá como un país con montañas.
Con esa visita se me quitó esa guachafita.
En Altos de Campana por supuesto filosofé, y a la vez fui super tierno.
Estaba haciendo muy buen clima, había muy pocas nubes y una muy linda luz de atardecer.
Por otro lado, venteaba como un jodido, entonces la vista era muy bonita pero al mismo tiempo no estaba haciendo calor. No hay mejor combinación.
En adición a eso había muy poca gente, y solo uno que otro carro pasaba por el lugar. ¡Tanto mejor!
Más fotos de la visita a Altos de Campana en la galería abajo.
Regresamos un poco antes del anochecer.
Había algo de taco al regreso, y aunque se me hizo que en Panamá manejan un poquito mejor que en Colombia (pero no por mucho), en esos tacos se veía variado pelele adelantando por la berma.
Esa vaina me da mucha rabia. Pura gente que cree que tiene más derecho a la infraestructura, por colapsada que esté, y a llegar antes por derecho divino.
Eso se ve mucho con los detestables motociclistas en Colombia, y claro, que al resto de gente la peine un burro.
Exceptuando ambulancias y vehículos similares obviamente, pero de resto pues…
En el camino vi varias estaciones de servicio de Terpel, igual que en Chile años atrás. Me pregunté si venderían el mismo cocinol que venden en Colombia, al precio exagerado que venden en Colombia.
Y al igual que en Chile, obviamente nyet.
En Panamá venden gasolina hasta de 95 octanos, a un precio que se compadece mucho más con el ingreso del país.
Salir de Colombia es emputarse más con Colombia.
Por esos días estaban en plena campaña política a la presidencia.
El lugar estaba lleno de publicidad de varios candidatos.
En cierto sector estaban haciendo campaña por Rómulo Roux (que a la postre no ganó la presidencia), y me dieron una bandera.
No tenía ni idea del man, ni de su postura política, ni tenía mucha idea de política en Panamá. Pero igual, cuando me la dieron grité:
-“¡VAMOOOOOOOOOOH RÓMULOOOOOOH!”
La mujer que me dio la bandera se asustó suavemente.
Me traje la bandera para Colombia y la tengo en mi cuarto, muajajaja.
Al otro día sí fuimos a Ciudad de Panamá.
Anduvimos por algunas de las partes más conocidas. A algunas ya había ido, pero siempre es bueno volver, y más si uno anda jodiendo con buenos amigos.
Entramos a la ciudad por el Puente Centenario.
Y continuamos nuestro camino cerca de las esclusas de Pedro Miguel.
En la mañana estuvimos tomando fotos en Albrook, en el Aeropuerto Marcos A.Gelabert.
Es el segundo Aeropuerto en importancia de la ciudad. Desde allí opera Air Panama y otras empresas pequeñas, sobre todo con vuelos al interior del país y las islas (aunque también hay vuelos internacionales).
Inicialmente estuvimos unos minutos cerca del umbral de la pista 19, desde donde le tomé fotos a un delicioso Fokker 100 despegando.
Escuelas de vuelo también hay en el Aeropuerto, en adición a operaciones del Servicio Aeronaval de Panamá.
Nos paramos en la acera de un puente, y quedamos con una vista perfecta al umbral de la pista 01.
Por ese puente entraban puros buses diablo rojo, y cuando no venía Avión yo los veía por si se aparecía Kim Jong-Un de nuevo, pero nada.
También vi alguien que iba a salir del puente, y luego se arrepintió y le dio por reversar en plena oreja. Los buses que casi se chocan contra esa persona pitaban y pitaban, pero no le importaba y seguía retrocediendo.
Tan de malas que justo iba pasando la policía y le pegaron mera regañada (no vi si le dieron una multa). Fue delicioso, ¡cuánto placer!
También tomamos algunas fotos desde el edificio de la Administración del Canal de Panamá.
Allí había policías entrenando, gente haciendo deporte (por ahí vi un boxeador solitario), y otros tantos en un estudio fotográfico con trajes típicos.
Por su puesto, estuve ahí casual, y me tomé una que otra selfie jojo.
Algunas fotos adicionales tomadas en Marcos A.Gelabert ese día, abajo.
Luego fuimos a almorzar al Albrook Mall, y de ahí a hacer una diligencia en un centro de servicio de Sony.
Como dije, estaban en plena campaña por la presidencia, y al igual que la periferia, la ciudad estaba llena de vallas políticas.
Una vez solucionada la diligencia subimos un rato al cerro Ancón.
Allá nos agarró un aguacero de mil demonios.
El cerro tiene vista muy bacana sobre la ciudad, y animalitos por ahí andando. Vi muchos ñeques.
Más fotos de Ancón en esta galería:
Después que escampó seguimos nuestro recorrido por la ciudad, nos fuimos a Amador, ahora con un buen sol y una excelente luz.
Allí nos relajamos un rato viendo el lugar, la gente, el Biomuseo, y demás cosas.
Desde Amador había una vista muy bacana del Puente de las Américas y variado barco pasando por el lugar.
Más fotos de Amador:
Ya anocheciendo nos fuimos a encontrar con mis amiguis Rascael y Osorn, que andaban por allá también.
De camino a encontrarnos con ellos pusimos la emisora de música plancha de Ciudad de Panamá y me divertí mucho.
Las letras cursis son lo máximo.
Comimos en Multiplaza y hablamos mierda un rato, y ya entrada la noche los dejamos en el hotel en que estaban.
De ahí arrancamos para Panamá Oeste de nuevo, y terminamos llegando como a medianoche (mucho más tarde de lo planeado, pero no por el taco, sino por habernos quedado jodiendo).
Anduvimos mucho rato en paralelo a la línea 2 del metro, muy recientemente inaugurada. Mientras tanto en Bogotá…
Ahora, todavía había algunas cositas que arreglar en el metro, como pueden ver en estas fotos:
Fue un día muy bien aprovechado. Había que dormir ya, al otro día era el evento en Tocumen.