Este artículo fue actualizado en: Junio de 2019
Este artículo de la visita a Panamá y el evento en Tocumen es medio largo y por lo tanto está dividido en tres (3) partes. Estás a punto de comenzar a leer la parte tres (3). Elige aquí otra parte a la que quieras ir: | Uno (1) | Dos (2) |
El evento descrito en la segunda parte, mi razón principal para pegarme esa escapada de fin de semana a Panamá, duró desde medio día hasta que anocheció.
Sin embargo, en la mañana de ese día, y en la noche una vez finalizó, también hice par bobadas por allá.
En la mañana, antes del evento, fuimos al casco antiguo.
Antes de llegar al lugar, una vez dentro de la ciudad, tuvimos que esperar por unos momentos a que pasaran los bomberos en procesión.
El casco antiguo de Ciudad de Panamá es patrimonio de la humanidad de la UNESCO. Allí fue donde trasladaron la ciudad cuando la original fue destruida por el pirata Henry Morgan.
Se creía que el nuevo lugar estaba mejor protegido contra ataques de este tipo, si ocurrieran de nuevo.
En el casco antiguo por supuesto hay varias edificaciones históricas, muchas de carácter religioso.
Hay también museos, embajadas, consulados, ministerios del gobierno de Panamá y el Palacio de las Garzas, la residencia oficial del presidente de Panamá.
Uno de estos lugares es la Plaza de Francia. Tiene una estatua grande con el gallo, el símbolo no oficial de los franceses.
El lugar existe en honor a Francia, ya que ellos fueron los primeros en intentar construir el Canal de Panamá. No lo lograron, pero se les recuerda por ese intento bastante quijotesco en su momento.
Y por supuesto, había varios carros franceses del cuerpo diplomático acreditado del país en Panamá. Los pueden ver con las placas CD de “Cuerpo Diplomático”.
Desde el casco antiguo hay una vista bacana a los edificios de la ciudad moderna, al cerro Ancón, al puente de las Américas, y por allá lejos a Amador y al Biomuseo.
En sus calles se encuentra uno directamente con el mar, allí había unos niños locales bañándose. Mi amiguis me dijo que hay varios proyectos de recuperación, pero que ni por el putas se metería él a ese agua todavía.
Hablando de este tema, el casco antiguo también es hogar de ciudadanos del común. En algún tiempo estuvo algo descuidado, y era un lugar algo peligroso.
Con los proyectos de recuperación que se han ido llevando a cabo, muchos están teniendo que salir porque el sector se ha vuelto caro -se ha gentrificado-, y hay tensiones entre estos habitantes históricos y las autoridades por las nuevas realidades que se están viviendo.
Cuando fui, también había variada manifestación cultural, y en adición a eso, grupos de turistas chinos. A lo mejor llegaron en el vuelo de Air China.
También vi otro grupo de turistas rusos, me quedé escuchando al guía solo para oír el idioma. Pero Aeroflot no vuela a Panamá, así que ni idea.
En el lugar vi muchos gaticos andando por ahí, o resguardándose del calor que estaba haciendo. Eso me gustó mucho.
Ahí en el casco antiguo se dieron algunos de los eventos que culminaron con la separación de Panamá de Colombia.
Sentí un aura deliciosa a decisión bien tomada y fui super feliz con gran energía sushi vinitos mandalas, porque lo mejor que uno puede hacer con Colombia es zafarse de ella.
Muy bien por Panamá.
Continuamos, y ya iba siendo momento de comer algo y empezar el camino a Tocumen para el evento.
Comimos ahí en el mismo casco antiguo, precisamente sushi (pero no vinitos).
Y ya para salir del lugar fuimos deslumbrados por este caballero que andaba raudo y veloz en su patineta, hasta que se cayó, se dio un totazo, y le salió la rueda volando cuesta abajo.
No niego, ni afirmo, haber reído mogollón.
Emprendimos pues el camino a Tocumen, y llegamos a tiempo para comenzar todo lo que describí en la segunda parte.
Una vez terminado el evento en la noche, nos fuimos por ahí a andar por la cinta costera. A mí me gusta mucho ver ciudades con rascacielos de noche, una de las mejores vistas que he tenido de ese tipo ha sido Hong Kong.
Y bueno, Ciudad de Panamá esa noche no estaba nada mal.
Llegamos, y tras parquear al lado de Sabrosón 7, nos fuimos a caminar por ahí.
La vista no decepcionó para nada. Había mucha gente viendo, pero había espacio para todo el mundo.
Había muchas parejas también, y a cada rato pasaba una moto de la policía ahí viendo qué o qué.
Mi amiguis me dijo que como es tan oscuro, las parejas se ponen a hacer maldadesss ahí en público, y entonces la policía es para vigilar esos sucesosss.
Después de un par de horas ahí viendo, tomando fotos, y hablando bobadas, era momento de irnos. Estaba algo tarde, tan así, que algunos edificios estaban apagando ya sus luces decorativas.
E igual al otro día había que madrugar para regresar.
Saliendo del lugar, vi otro gatico por ahí andando. Me pareció lo máximo (de nuevo).
Más fotos del casco antiguo y la cinta costera de noche, en la siguiente galería:
Al regreso, un domingo por la noche, ya había taco. Pero en esa oportunidad era por un choque muy fuerte.
El carro chocado quedó vuelto un carajo, no tengo ni idea de la suerte del conductor.
El fin de semana había pasado muy exitosamente, con el evento y las andanzas por Ciudad de Panamá y alrededores. Ya era momento de regresar.
El vuelo salía algo antes de las 0900 hora local. No estábamos muy lejos de Panamá Pacífico, pero el vuelo era un lunes por la mañana, día laboral.
¿Recuerdan que el viernes anterior que había llegado mi amiguis no quiso ir Ciudad de Panamá por el taco tan jodido?
Pues ahora me iba a tocar experimentarlo. Yo en un principio no lo creía, pero si iba a llegar a tiempo al vuelo, teníamos que salir por ahí a las 0500. Eran más o menos 30 kilómetros, y yo había calculado llegar entre 0700 y 0730.
Pero mi amiguis sabía más como es el asunto, y le creí. Ni modo, a las 0500 quedó la salida.
Unos minutos después de las 0500 emprendimos nuestro camino a Panamá Pacífico, y en efecto, no demoramos mucho para encontrarnos el legendario taco. Y eso que a esa hora, en ese sentido, invierten los carriles.
O sea, quedan todos los carriles en sentido Panamá Oeste – Ciudad de Panamá, incluyendo los que se usan en sentido contrario cuando no son esas horas.
Pero ni siquiera así se mejora la cosa.
Mi amiguis me dice que cuando le toca ir a Ciudad de Panamá en día laboral a esas horas, prefiere irse super temprano, llegar allá, y dormirse en el carro hasta la hora en que le toque hacer sus diligencias.
El caso es que por fin llegamos, afortunadamente a tiempo.
Nos despedimos, y pasé a hacer la revisión de pasaporte antes de salir. El oficial dijo:
-“Andrés Felipe Ramírez… 24 de abril, colombiano, buscado por delitos contra la seguridad pública ¡Casi le pegas!”
Luego sonrió y me dejó seguir. Yo no me llamo Andrés Felipe. Nací en abril, pero no en ese día, y nadie me está buscando jijiji.
Avión: Boeing 737-700
Aerolínea: Wingo
Justo después de eso anunciaron que el vuelo tendría un retraso de dos horas. Cuando yo estaba ya en la sala de espera el Avión apenas estaba prendiendo motores en Bogotá, desde dónde venía.
Ni modo, tocó esperar. Nos dieron una empanada chilena por el retraso… y no cayó mal juju.
Ahí en la plataforma había un McDonnell-Douglas C-17 Globemaster de la USAF, y varios helicópteros del gobierno operando.
Eventualmente llegó el Avión, justo el mismo en que había llegado unos días antes. Era el HP-1377CMP, un Boeing 737-700.
Los pasajeros de Bogotá desembarcaron rápidamente, y pronto estuvimos abordando los que íbamos a Medellín.
Las escaleras delanteras y traseras fueron habilitadas, y todo el mundo se montó rápido.
Esta vez me senté en un puesto al otro lado del Avión, y también estaba rayado. De nuevo, contra las valijas es muy difícil hacer algo, por más buena intención que tenga la empresa.
Despegamos pues, y pronto tuve una vista privilegiada de Ciudad de Panamá, el puente de las Américas, y varias partes donde había ido como el cerro Ancón, el casco antiguo, parte del Aeropuerto Marcos A.Gelabert, y otras cosas.
Sobre el mar la ciudad se alejó y desapareció, y no volví a ver nada de tierra (o agua) hasta que estuvimos en descenso hacia Medellín.
Entre las montañas fuimos descendiendo, hasta que hicimos un viraje para volar de nuevo rumbo norte y alinearnos con la pista del José María Córdova.
Pronto el paisaje se tornó conocido, apareció La Ceja, el Capiro, Cabeceras, Llanogrande… hasta que aterrizamos.
Pasé inmigración, y en aduanas no me hicieron ir al chequeo secundario de equipaje. Daba lo mismo igual, yo no traía nada para declarar, y no tenía afán.
Es más, dejé el cargador del celular en Panamá, y tuve que coordinar para que mi amiguis Rascael me lo trajera un par de semanas después.
Algunas fotos adicionales del vuelo de regreso BLB-MDE:
Así pues, había terminado mi fin de semana en Panamá con evento incluido. Lo que fue posible gracias a un buen amiguis que me ayudó con toda la logística, y un tiquete barato en Wingo.
Espero poder repetirlo alguna vez.