Korea du North quinta parte

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Otro lugar que visité fuera de Pyongyang fue Samjiyon. No es una ciudad per-se, sino el nombre de un condado con una villa pequeña.

Tiene su propio Aeropuerto, porque iba a servir para un resort de ski que iban a construir unos empresarios del sur en los años 80.

Al final esto no sucedió.

El lugar está muy cerca del Monte Paektu. Es una montaña sagrada en Korea en general, y cerca del que dicen en Korea del Norte que fue el lugar de nacimiento de Kim Jong-Il.

La contraparte dice que nació en un campamento cerca de Khabarovsk, en lo que era en ese entonces la Unión Soviética.

A mí todo esto por supuesto me interesaba. Pero más que eso, me interesaba el vuelo desde Pyongyang. ¡Esta vez no iba a ser en bus King Long!

¡El vuelo iba a ser nada más y nada que en un Ilyushin Il-18!  El Il-18 es un turbohélice soviético de 4 motores que tuvo su primer vuelo en 1957.

En su momento fue operado por muchas aerolíneas y fuerzas militares de la Unión Soviética y países afines.

Aerolíneas como Aeroflot, TAROM, Interflug, Cubana y Malev, entre otras.

Interflug también operó algunos. Erich Honecker, líder de Alemania Oriental, de vez en cuando volaba en uno.

Para el momento en que yo pude tomar tan delicioso vuelo, solo estaba operando el de Air Koryo, uno modificado que usa la armada de Rusia, y uno que usaba una aerolínea en Somalia que se llama Daallo (hmmm Somalia… debo ir eventualmente).

Al momento de escribir esto Daallo todavía existe, pero ya no operan el Ilyushin Il-18.

Mi objetivo principal aeronáuticamente hablando era el Ilyushin Il-62 en que había llegado desde Beijing. Pero cada Avión nuevo en que podía volar allá era una maravilla, y ese Il-18 me hizo muuuy feliz.

Era un Avión muy particular, y en Air Koryo lo sabían. Tanto así que antes de despegar tuvimos una reunión con representantes de la aerolínea y los Pilotos, solo para hablar del Avión y hacer preguntas en general.

En el grupo que estábamos, por lo menos el 85% de las personas tenía alguna relación y aprecio por la Aviación.

Y en Air Koryo nos dieron gusto.

Entre otras cosas, dijeron que tenían logística para tener el Avión volando otros 10 años por lo menos.

Obviamente, aplaudimos y casi lloramos al escuchar esto. Excepto las pocas personas que no tenían mucha conciencia de la joya de la que hablábamos y que estaban medio perdidos. Quizá, también estaban medio asustados en vista de la viejera de Avión.

No todo el mundo sabe de Aviación, ni aprecia las cosas buenas de la vida, y con eso no hay rollo.

En esos momentos poco importaba la política. Nadie en realidad metió la cucharada con ninguna pregunta capciosa o alguna actitud maluca, entonces la gente de Air Koryo se relajó aún más, y hasta comenzaron a contar chistes.

En últimas toda la gente es igual independientemente de política o geografía. *Sale a abrazar un árbol* .

En ese vuelo se unieron otros extranjeros que no había visto hasta ese momento.

Recuerdo claramente a unas señoras gringas y británicas. Todo el viaje hablaron bobadas, pero bobadas que me hicieron reír mucho.

También abordaron otros miembros de tripulación en uniforme, distintos de los encargadas del vuelo. Nunca supe si estaban aprovechando ese vuelo para hacer algún traslado militar, o estaban ahí para “cuidarnos”.

El caso es que el Avión estaba inmaculado, y yo muy contento.

Y así, una fría y lluviosa mañana, salimos desde Pyongyang a Samjiyon.

El rodaje a la pista estaba tan largo que una de las señoras dijo:

-“Very smooth flight!” (-“¡Que vuelo tan calmado!”)

Ella creía que ya habíamos despegado. Las otras señoras que estaban con ella le dijeron que no habíamos despegado, y se la gozaron, y yo gocé aún más.

El Avión ascendía lentamente con una gracia tremenda. Mientras tanto, yo iba pasando Chariots of Fire en mi cabeza, mientras veía lo poquito que se asomaba entre las nubes.

La configuración interior era atípica.

Tenía puestos de pasajeros adelante, un galley separado de los pasajeros en la mitad del fuselaje (y con unos puestos para las auxiliares), y atrás más puestos para pasajeros.

De modo que en el puesto 5A uno estaba algo más adelante de las hélices de los motores, pero si estaba sentado en 6A, estaba casi en el escape de los motores.

Llegamos pues a Samjiyon y el Avión quedó ahí parqueado, bien cuidadito mono. Nosotros íbamos a regresar al día siguiente, para volar de vuelta a Pyongyang.

En ese Aeropuerto hay una presencia militar importante, puros Mikoyan-Gurevich viejitos (Mig-15 creo).

No estaban muy visibles ni operativos cuando llegamos, aunque se podían escuchar detrás de unos árboles haciendo pruebas de motor.

Entramos a la terminal del Aeropuerto de Samjiyon. Era una edificación con dos cuartos, uno grande que hacía las veces de sala de espera, y otro más pequeño que tenía una báscula clásica checoslovaca para pesar el equipaje.

Ni era checa, ni eslovaca. ¡Era checoslovaca!

Obvio, preferí no ir a buscar lo que no se me había perdido en ese momento.

De ahí salimos por una carretera destapada, en mucho mejor estado que cualquier trocha del oriente antioqueño (pero destapada igual).

Estábamos en camino a un hotel que no tenía electricidad. En teoría, tenía las conexiones y hasta televisores vieja guardia de perilla chinos, pero nada, se había ido la electricidad.

En el camino se podía ver a varias personas a pie, y una que otra moto. ¡Quién sabe para donde irían!

El lugar no tenía electricidad en ese momento. Pero tenía un sistema de calefacción tradicional koreano MUY bacano que se llama Ondol.

Básicamente, es calentar el piso grueso a punta de humo de fuego de madera.

Poner los pies ahí en ese frío tan jodido que hacía era delicioso.

Yo simplemente me senté en una cama, y puse mis pies ahí mientras contemplaba hacía donde iba mi vida, el cosmos, y todo eso.

Poco importaba que no hubiera electricidad, y nunca imaginé que semejante frase fuera a ser escrita por mí.

Igual no nos quedamos mucho tiempo. Era cosa de llegar, descansar un ratico, y ya. Luego salimos en el mismo bus, por la misma carretera destapada, hacia el Monte Paektu.

El paisaje era bien bonito en el camino, y seguía haciendo un frío del demonio.

El monte queda en toda la frontera entre Korea del Norte y China. Literalmente, un pedazo en cada país.

Es venerado por todos los koreanos. Entonces los del sur van desde China con haaarrrto fundamento para evitar pasarse al norte, y no armar otro rollo.

No debe ser tan fácil igual, siendo una frontera, está lleno de militares y puestos de control.

Igual, ya hubo un incidente en el Resort del Monte Kumgang, en la frontera con el sur. Allá, una turista del sur como que se perdió o algo, y un soldado del norte le dio bala y la mató.

Así que supongo que se toman serias precauciones ahí en el Monte Paektu cuando se visita desde China.

El Monte Paektu es tan importante en Korea del Norte, que hasta sale en el escudo del país y todo.

En la cima del monte hay un lago hermoso que se llama el Lago del Cielo.

Pero ese lago solo lo he visto en fotos. Había bastante nieve, y el camino se ponía más difícil de transitar a medida que ascendíamos por un lado, y por otro lado, el bus se varó. ¡Ja!

Al principio el bus se recalentó un poquito, y paramos unos minutos. Ahí, el conductor le echó agua de una botella que tenía, y seguimos el camino.

Pero a medida que seguíamos, el bus se recalentaba más y más, hasta que tocó parar del todo.

¿Y qué iba a hacer yo con un bus varado en Korea del Norte, cerca al monte Paektu, y cagado del frío?

Pues nada. Esperar a que el conductor, y un ayudante que él tenía, fueran a recoger agua de un charco con un balde que tenían, y que se la echaran al motor así todo loco. Luego reírse de la situación, y esperar más.

Y les funcionó la cosa, porque el bus después prendió como si nada, pero desistimos de seguir subiendo.

Ese bus lo prendían uniendo unos cables con la batería que tenía justo al frente. Me parecía lo máximo.

Yo hubiera querido ver el lago. De hecho, todavía quiero, pero la sola aventura y como se resolvió al final valió la pena.

¡Todo bien!

Posteriormente, terminé en el lugar de nacimiento de Kim Jong-Il según Korea del Norte.

Ellos dicen que nació justo en el sector del monte Paektu en un campamento militar de resistencia antijaponesa. También dicen que cuando nació se formó una estrella, salió un arco iris doble, y que cambió la estación de invierno a primavera, entre otras cosas.

Es un cuento super looooco marikis, pero bueno, allá creen eso. Aquí en Colombia los corruptos salen dizque a marchar contra la corrupción.

A mí me parece igual de loco.

La militar que nos estaba contando la historia parecía muy convencida del cuento.

La historia del otro bando dice que nació, sí, en un campamento militar. Pero en un campamento en la Unión Soviética, en una villa que se llama Vyatskoye, no muy lejos de Khabarovsk.

Estando ahí, dicen que Kim Il-Sung comandaba un grupo de chinos y koreanos metidos en el ejército rojo. Dicen que le llamaban “Yura” (bien rusa la cosa).

Yo no sé cuál historia es real. Cuando yo nací en el centro de Medellín, estoy seguro de que a tres cuadras a la redonda de donde yo nací estaban atracando por ahí a ocho personas.

Mientras en una cuadra hacía sol, y en otra caía una tormenta de los mil demonios… Aunque no era por mi nacimiento.

Así es el centro de Medellín, desde aquellos tiempos. No hubo ningún arco iris doble ni nada de eso.

¡Yo soy bien del montón oís!

De ahí, fuimos a las Cataratas Rimyongsu.

Dicen que fluyen en ríos subterráneos hasta que salen a la superficie justo en el punto donde fuimos a visitar.

Un lugar bastante bonito a decir verdad.

Cuando nos dirigíamos al lugar, nos cruzamos con un camión del ejército. La cara que pusieron los guías y el conductor fue para morirse, definitivamente no estaban esperando verlo ahí.

De una nos dijeron a todos:

-“¡Bajen las cámaras y no tomen fotos!”.

Como si de eso dependiera su propia vida. De cierta forma, la cosa no estaba tan alejada de la realidad, creo yo.

Cuando dejamos el camión atrás y lo perdimos de vista, les volvió el color.

De ahí fuimos al Gran Monumento de Samjiyon.

Otra estatua a Kim Il-Sung y las batallas. Fácilmente podría ser la más grande por fuera de Pyongyang.

Dicen que lo hicieron para conmemorar la Batalla de Pochonbo. Dicen que ahí fue cuando las fuerzas de Kim Il-Sung decidieron dejar la guerra de guerrillas, e irse a dar chumbimba de frente.

Allí también hay una réplica pequeña de la Torre de la Idea del Juche.

La guía militar nos habló sobre la historia de estos monumentos con pasión.

Tanta como la que tenía quien nos contó la historia del nacimiento de Kim Jong-Il en el monte Paektu.

Regresamos pues a la villa a descansar, había sido un día bacano y movido. Algunas fotos del monumento y la villa en Samjiyon justo abajo.

Al otro día había un Ilyushin Il-18 que tomar hacia Pyongyang.

Llegó el otro día, y de nuevo fuimos hacia el Aeropuerto para regresar a Pyongyang.

Llegamos al Aeropuerto, y el bus nos metió hasta la plataforma así relajado, sin pasar por el interior de la terminal.

Ahí en la plataforma almorzamos. El único chequeo de seguridad que hubo un detector de metales de esos de mano que nos pasaron por si las moscas, pero de resto nada.

A estas alturas, algo así es impensable en la gran mayoría de países, creo yo. Pero allá estaba así la cosa.

En últimas era el único vuelo del día. Y era el mismo grupo de locos que había llegado el día anterior, justo en el mismo Avión.

Ese día el clima estaba mucho mejor, y vi un Mig-15 de la fuerza aérea en pruebas de motor. Eso se debía escuchar hasta China, ¡delicioso!

Pero ni una foto… ¡Después me clavan!

Las auxiliares de vuelo llegaron de quien sabe donde.

Apenas llegamos el día anterior, se fueron, y no supimos nada más de ellas hasta ese momento.

Probablemente no tenían autorización para interactuar con nosotros más de lo estrictamente necesario, y correspondiente con su papel.

Ahí estaba el Ilyushin Il-18, bien cuidadito mono, como lo dejamos el día anterior.

Terminamos el almuerzo aeroportuario. Entonces apareció un tractor con algo de equipaje para poner en bodega, y pronto iniciamos el abordaje.

Abordo del P-835 de nuevo, iniciamos nuestro regreso a Pyongyang.

De nuevo un vuelo delicioso lleno de gracia. Chariots of Fire de nuevo en mi cabeza, sin la más mínima turbulencia.

Entramos a la pista activa, y ahí nos quedamos como unos tres minutos mientras hacían prueba de motores. Luego fue un despegue suave.

Esta vez me hice en un puesto más hacia atrás. Hacia el otro lado del galley que estaba en medio fuselaje. Justo antes de la entrada mirando desde el empenaje hacia la nariz.

Las rodillas no me cabían en ese puesto, pero a uno que ha tenido su buena dosis de Coonatra eso no importa tanto.

¡Ese vuelo no se trataba de ir cómodo! Igual no era tan horrible pues…

El vuelo prosiguió normal, y tuvimos una aproximación y aterrizaje suave en Sunan.

Otras fotos del vuelo entre Samjiyon y Pyongyang en la galería de abajo.

Allí había una sorpresa. ¡Un Ilyushin Il-14!

El Ilyushin Il-14 es un Avión derivado del Ilyushin Il-12, diseñado en los años 50. El 12 voló por primera vez en 1945.

Su principal uso era como reemplazo del siempre bien ponderado Douglas DC-3, que en la Unión Soviética se construyó bajo licencia con la designación Lisunov Li-2.

Pero ya querían algo más moderno y totalmente propio. Ya eran potencia, y no se veía bien usar los Aviones de la rancia oligarquía capitalista.

El Avión salió bien hecho.

Era apreciado para operaciones en terrenos no preparados. Algo común con los Aviones soviéticos del momento.

Se construyeron más de 1000, pero a estas alturas del partido no queda ninguno volando.

Tengo entendido que al momento de escribir esto hay por lo menos uno que todavía es aeronavegable en Rusia. Cuidado por un grupo de conservación y aficionados.

Según me dijeron, el que estaba en Pyongyang cuando llegamos no era legalmente aeronavegable desde finales de la década de los 80. Lo que sí es cierto es que estaba MUY bien cuidado.

A grandes rasgos, no creo que hubiera requerido un trabajo muy extenso para que volviera a volar.

Digo esto, sin meterme en cosas técnicas que no podría saber a simple vista.

El Avión tenía el número de registro 535. Tenía colores parecidos a los de Air Koryo, pero no estaba en su flota oficialmente.

Nos dijeron que Kim Il-Sung había usado ese Avión en algún momento. Pero poquito, porque él le tenía miedo a volar, al igual que Kim Jong-Il.

Ellos usaban trenes para transportarse incluso hasta Europa, como mencioné en algún momento.

Kim Jong-Un no le tiene miedo a volar. Incluso tiene un Ilyushin Il-62 “presidencial”. Se puede ver en el video de abajo del minuto 0 al 3, y a partir del minuto 18.

Tengo entendido que el Avión ahora está en algún otro lugar de Pyongyang. He leído que se hacen esfuerzos importantes para su conservación, por fortuna.

O sea, me bajé de poder volar en tremenda joya de Avión, justo para poder presenciar en mis narices a otra que no estaba en el itinerario.

Y como éramos “los de los Aviones” no nos estaban poniendo mucho problema con el asunto de las fotos y eso.

¡El viaje estaba saliendo de maravilla!

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