Este artículo fue actualizado en: Febrero de 2020
Hace unos días estuve en Cartagena, y revisando mis posibilidades para el regreso a Medellín vi todas las opciones, como suelo hacer.
Estaban las usuales: Avianca, LATAM y Viva Air, y tenían precios también usuales.
Sin embargo, a mí me gusta probar cosas nuevas (con cosas me refiero a aerolíneas, Aviones, Aeropuertos) y en ese momento recordé que la más reciente aerolínea colombiana había iniciado operaciones desde finales de noviembre, y una de las cuatro ciudades a las que estaba volando era precisamente Cartagena.
A Medellín no vuelan (todavía), pero, ¿y si por alguna razón me salía una conexión no muy descabellada por Cali? (y estamos hablando de alguien que una vez para ir de Medellín a Quito prefirió irse Medellín – Bogotá – Lima – Quito en lugar de irse directo y sin escalas, valiendo lo mismo).
Pues me puse a buscar, y resultó que volando a Cali en GCA, y de Cali a Medellín en Easyfly salía solo 20.000 pesos más caro (aproximadamente 6 USD o 4.50 GBP) que el directo y sin escalas más barato desde Cartagena a Medellín para la fecha y hora que necesitaba.
Y esta conexión incluiría la maleta en ambas aerolíneas, cosa que en el directo y sin escalas más barato de Cartagena a Medellín todavía tenía que sumar porque hay una carrera hacia el fondo en las aerolíneas colombianas a ver quién se inventa más cobros.
Con esa situación financiera del asunto, más el prospecto de volar en una aerolínea nueva y en un Avión clásico distinto del ubicuo Airbus A320 (delicioso, pero igual, ubicuo) no lo pensé mucho y decidí regresar a Medellín en GCA y Easyfly, con conexión en Cali.
En adición a todo eso, yo no había volado en ATR 42-600, y era muy probable que Easyfly usara ese tipo de Avión para mi vuelo ese día. En ATR 42-500 y ATR 42-300 si había volado antes, pero no en un -600.
Ahora, todo esto no era sin riesgo. Si GCA me dejaba tirado en Cartagena o se retrasaba, se me jodía la cosa. Si me dejaban en Cartagena por alguna razón, técnicamente tenían que responder y hacer que llegara a Cali de alguna manera en el menor tiempo posible. Pero yo iba para Medellín.
Por otro lado, si se retrasaban era posible que perdiera la conexión con Easyfly. Y a Easyfly muy probablemente le iba a valer tres pelos que mi razón para perder el vuelo fuera:
-“No, es que GCA, una aerolínea que no tiene nada que ver con ustedes, me dejó tirado, así que sisas”.
Y eso iba a significar entonces pagar multa por cambio de tiquete (en Easyfly eran 90.000 COP, 26 USD, 20 GBP más diferencia tarifaria en caso de aplicar -muy probablemente sí-).
Pero nada, yo soy avgeek y me gusta la adrenalina. (Spoiler: nada de eso pasó, ambas aerolíneas muy a tiempo, afortunadamente).
A mí me pasó ese escenario una vez llegando a Estados Unidos, hace años. Llegué desde Colombia en JetBlue con media hora de retraso, y en aduana me mandaron a revisión secundaria junto con unas señoras que parecía que se estaban trasteando, con la maleta forrada en plástico y toda la cosa, y muy poco inglés.
Mi revisión tomó como 10 minutos, yo solo tenía ropa y un par de libros. Pero para que fuera mi turno pasó como una hora, o quizás más, mientras revisaban a las señoras.
Tenía una conexión con United en un tiquete distinto, que no tenía nada que ver con JetBlue, y me dejó el Avión de United por el retraso inicial más la revisión secundaria de aduana. Tenía maleta para chequear, entonces paila re-paila.
Afortunadamente en ese momento la agente en el mostrador de United me ayudó y me puso en un vuelo más tarde sin cobro adicional, pero no tenía ninguna obligación. El mismo caso habría sido aquí con Easyfly, y ellos me habrían podido ayudar o no, a su solo criterio (y algo me dice que quizás no me habría ido tan bien esta vez).
Pero bueno, continuemos. GCA significa “Gran Colombia de Aviación”, y es una aerolínea de capital venezolano principalmente (de los dueños de Avior) que inició su proceso de certificación en Colombia en 2017 y después de varias trabas, algunas por cosa de ellos y otras por causa de insuperable velocidad de la burocracia colombiana, por fin a finales de 2019 tuvo su primer vuelo.
Como sabrán del colegio amiguis, la Gran Colombia incluía a Colombia, Venezuela, Ecuador, Panamá y otras cositas, así que es un nombre muy pertinente. Capital venezolano, aerolínea colombiana… Y Ecuador y Panamá sí nada que ver jijiji.
Su base es Cali, y al momento de escribir esto vuelan de Cali a Cartagena y Barranquilla (y regreso), y de Cartagena a Bucaramanga. Tienen operativos dos deliciosos Boeing 737-400, y en Cali tienen en tierra sin volar tres sensuales Fokker 50, más otros tantos Boeing que dicen traerán en el futuro próximo.
Todo el proceso era terra incógnita, por ser una empresa muy nueva, pequeña, que había tenido trabas en su proceso, y de la cuál yo no tenía mayor referencia real más que algunos foros de discusión que hay por ahí, que en ocasiones se tornan en hervideros políticos y se salen de la Aviación (recordar que es una empresa de capital mayoritariamente venezolano, en Colombia de todos los lugares).
No he visto mucha publicidad de ellos tampoco, y eso que yo soy avgeek y me mantengo más o menos al tanto.
Compré pues el tiquete en su sitio web (https://www.gcaair.com/), pagué con una tarjeta de crédito expedida en Colombia y no tuve absolutamente ningún problema. La aceptó al primer intento, sin errores raros ni pendejadas.
Al minuto tuve el tiquete y el localizador de reserva en mi correo.
Antes de eso estaba pensando, ¿y si no recibe la tarjeta? ¿y si se cae el sistema? De nuevo, por lo explicado en el párrafo anterior. Hace años recuerdo que Avianca jodía mucho con mis tarjetas, no sé por qué, y el trauma quedó.
Pero no, todo estuvo listo.
Lo siguiente era ver su puntualidad qué o qué. El punto más notable para mejorar en esta experiencia es que el sistema que tienen en su página web y en su aplicación para ver el estado de los vuelos no funciona.
Me parece que urge implementar ese sistema tan pronto sea posible. En las páginas web de los Aeropuertos tampoco salía información de los vuelos de GCA.
Y como son Aviones sin ADS-B, el rastreo a través de aplicaciones como Flightradar24 va y viene…
Ahora, yo estuve varios días en Cartagena y en varios de esos días me fui a tomar fotos.
Las veces en que tomé fotos y estuve en horario de operación de GCA, mayoritariamente estuvieron a tiempo, en la foto de arriba llegando a tiempo. En la de abajo saliendo a tiempo de nuevo.
Hubo un día que el Avión llegó a tiempo, pero no volvió a salir sino hasta dos días después. No sé qué pasó ahí.
Así que estaba cautelosamente relajado por ese lado, parecían tener el asunto de la puntualidad bajo control por esos días, mayoritariamente.
Debo insistir en la necesidad de tener funcionando el sistema de estado del vuelo, y de que salgan en los sitios web de los Aeropuertos.
Yo tenía otros métodos como las aplicaciones y estar físicamente presente en el Aeropuerto, pero el pasajero que no es avgeek no sabe eso (y no tiene por qué), y debe tener forma de saber el vuelo qué o qué.
De cualquier manera, llegó el momento de regresar. Faltando 24 horas para el vuelo intenté hacer check-in online, y si bien el sistema encontraba mi reserva, el check-in salía cerrado.
Intenté de nuevo en el APP móvil GCA, y tampoco me dejó.
Intenté como una hora más tarde de nuevo en el laptop, y ahí si funcionó perfectamente. Tienen el mismo sistema que usa Easyfly para el check-in online, obviamente con colores, logos, y con el mapa de sillas del tipo de Avión que opera GCA.
Dejando de lado el extraño “retraso”, el check-in online tampoco tuvo problemas.
Con pase de abordar listo, era cuestión de ir al Aeropuerto al otro día.
Avión: Boeing 737-400
Aerolínea: GCA Airlines
Llegué al Aeropuerto con un taxista corrupto que se llamaba José, que se fue hablando todo el rato con otro taxista y diciéndole que había sobornado al tránsito con “100 barrah” porque lo cogieron “sin planilla” en no sé dónde haciendo algo que no debía, y que era eso, o que le inmovilizaran el carro.
En Cartagena manejan como el orto (incluyendo a José) y pitan todo el rato, y los taxistas como en todas las ciudades de Colombia, son los segundos peores exponentes de lo peor que haya en ese sentido. Los primeros son los motociclistas.
Que falta hace Uber (sé que hay InDriver y todo eso, pero no es lo mismo).
En fin, eso es otro tema. Entré pues a la terminal y encontré rápido el mostrador de GCA. En la fila solo había una persona y cuando yo llegué ya la habían atendido.
Me preguntaron a dónde viajaba (solo había ese vuelo, pero supongo que preguntan por inercia) y me pidieron la cédula. Recibieron mi maleta y me dieron un pase de abordar tradicional impreso, aunque también tenía el que me había llegado al correo.
Todo esto sin costo adicional al del tiquete básico.
Entré a la sala de espera y no había ningún signo de GCA, sin embargo todavía era algo temprano. Yo estaba tratando de ver si el vuelo había salido a tiempo de Cali, pero no logré mayor cosa ni siquiera en las aplicaciones de rastreo.
Todo parecía muy normal igual, entonces me relajé.
Desde la sala de espera del Aeropuerto de Cartagena no se puede ver mayor cosa de la plataforma, pero la vista no está totalmente bloqueada.
A la hora en que tenía que llegar el vuelo de Cali escuché un Avión acercándose y por uno de los pocos lugares por donde se puede ver algo, vislumbré el característico achatamiento inferior del motor CFM56-3 de esta familia del Boeing 737.
El Avión siguió avanzando y alcancé a ver el “antifaz” negro en la ventana de la cabina de mando, característica de los colores de GCA. Definitivamente mi Avión había llegado, y a tiempo.
Al poco tiempo llegaron funcionarias de GCA, y en la pantalla del gate 7 salió información del vuelo a Cali. Todo estaba en orden.
Llamaron a abordar y caminé hacia el Avión en plataforma, en el puesto de parqueo 2.
Para ese día iba a volar en el HK-5338, un delicioso Boeing 737-400 entregado a finales de 1990 a US Airways (hoy en día fusionada con American Airlines).
Voló con US Airways hasta por lo menos 2014, luego en Avior, y ahora está en GCA.
Yo estaba encantado de poder volar en un clásico de nuevo (como les había comentado).
Pueden ver una foto del Avión cuando volaba con US Airways haciendo click aquí.
Hace años no volaba en un Boeing 737-400, la última había sido en Malaysia Airlines volando de Kuala Lumpur a Bangkok en 2009.
Me senté en mi puesto y esperé a que el resto de personas subieran. Yo fui el primero que hizo check-in online el día anterior, y también fui el primero en subir al Avión en ese momento, ya que no había gente que requiriera atención prioritaria y mi rango de asiento fue llamado primero.
Al final abordaron unos 30 pasajeros en total, son pocos para un Avión con capacidad para llevar más de 140.
A lo mejor tengan que trabajar más en el asunto del mercadeo y la publicidad que mencioné antes, y bueno, igual tienen muy poco tiempo operando y ser conocidos y hacerse a un nombre toma tiempo. De todas formas, supongo que no deja de ser algo preocupante para la aerolínea.
Yo recuerdo en los años 90 que una vez viajé en un McDonnell-Douglas DC-9-30 de Aero República de Medellín a Bogotá con 5 pasajeros, incluyéndome. De cualquier manera, no creo que sea una situación sostenible en el largo plazo y espero que la cosa mejore en ese sentido para GCA.
Las puertas fueron cerradas, y yo seguía encantado de estar volando en el clásico y estar saliendo a tiempo.
Fuimos remolcados mientras llegaba un Airbus A320 de Avianca con colores de Star Alliance, y otro Airbus A320 de Interjet salía a Ciudad de México (en la tercera foto, en el aire).
Era un día despejado y soleado, y el Capitán nos informó que las condiciones eran similares en todo el trayecto. Solamente habría algo de turbulencia ligera en algunos sectores.
Al encender uno de los motores una parte del Avión vibró y sonó raro, y por un momento llegué a pensar que quizás habría un problema y paila (no joda, ¡hasta ahora íbamos muy bien!).
Pero luego recordé otra encendida de motor con vibración similar en un Boeing 777-200 de United y otro Boeing 777-300 de Japan Airlines años atrás donde después de estabilizado el motor las vibraciones y los sonidos raros desaparecieron. Y así fue aquí, una vez estabilizado el motor todo estuvo perfecto.
Comenzamos el rodaje, hicimos backtrack, y nos alineamos en la pista 01 para despegar.
Comenzamos la carrera de despegue y el Avión rotó rápida y poderosamente. Abajo hay un video que hice, ahí disculpan la calidad pero simplemente puse el celular con una mano a que apuntara para donde fuera sin monitorear, ya que mi prioridad son las fotos que estaba tomando con la otra mano.
De allí seguimos el ascenso sobre el mar y eventualmente viramos hacia el occidente (o sea, a la izquierda de nuestro rumbo del momento).
Continuando el ascenso ahora con rumbo sur tuve a la vista a una soleada y despejada Cartagena, y al Aeropuerto Rafael Núñez.
Cartagening-Hilton-Felicing fue quedando atrás, y de repente solo se veían pueblos y áreas rurales. Como Tolú, por ejemplo (ahí en la foto de abajo al lado del motor se ve parte del pueblo y el Aeropuerto).
Ya en crucero, según el Capitán a 36.000 pies de altitud, las auxiliares de vuelo pasaron ofreciendo bebidas. Yo pedí una botella de agua.
Luego me paré y me fui a dar una vuelta por el Avión a ver qué o qué. Incluso entré al baño solo por ver.
En camino a Tuluá para iniciar el descenso y la aproximación al Aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón de Cali alcancé a ver al Cañón del río Cauca.
También a Medellín.
Y a Manizales (creo).
Iniciamos el descenso, y me cambié de silla para una del lado opuesto, a fin de cuentas había muchas libres. Lo hice para que el sol quedara del lado correcto para las fotos.
Antes de esto, le tomé un par de fotos al Aeropuerto de Cali mientras sobrevolábamos Palmira. Como el sol no estaba del lado correcto para esa foto, pues quedó como quedó. Se hizo lo que se pudo.
Pero bueno, después de eso me pasé de silla como les dije, e iniciamos la aproximación a Cali. Descendimos sobre el Valle del Cauca, volando hacia el sur.
Luego viramos hacia el occidente de nuevo (o sea, a la derecha de nuestro rumbo) y después de un corto periodo, hacia el norte para alinearnos con la pista 02 del Aeropuerto de Cali.
Aproximando, en las cuatro fotos de abajo.
Continuamos la aproximación sin novedad, y aterrizamos algo firme. Abajo hay un video que hice del aterrizaje, al igual que con el del despegue de Cartagena disculparán la calidad pero simplemente puse el celular con una mano a que apuntara para donde fuera sin monitorear, ya que mi prioridad son las fotos que estaba tomando con la otra mano.
Habíamos llegado perfectamente a tiempo, de hecho, antes de itinerario. No iba a perder la conexión con Easyfly (y si Easyfly tenía algún problema ellos tendrían que resolverlo sin que yo tuviera que pagar multas).
En el rodaje a los gates C vi los otros Aviones de GCA, el otro Boeing 737-400 que también está operativo (el HK-5288) y los tres Fokker 50 con futuro algo incierto.
En la foto de abajo, en el gate con motores apagados.
Fui casi el último pasajero en salir del Avión.
Al salir del Avión vi un ejército de trabajadores de GCA (o de la empresa que hayan contratado para esas funciones) dirigirse al Avión para desembarcar las maletas y todo eso.
Llegué al reclamo de equipaje, y mi maleta salió rápido. La recogí y salí de la terminal, muchos recuerdos me trajo ese lugar de cuando estuve convalidando mi licencia de Piloto. Todos los días me dejaban ahí para coger el bus a Palmira, el transgaviotazo.
Antes de salir una funcionaria me pidió que le mostrara la colilla del equipaje. Me pareció curioso, hace como 9000 años no me pedían eso en ningún Aeropuerto, pero bueno, ahí la tenía y no hubo rollo.
Otra de las pasajeras, que por cierto estaba medio buena tirando a MILF, había perdido su colilla y estaba ahí medio enredada con eso. No sé al final qué pasó.
Subí al sector de salidas de la Terminal 1 y con todo el tiempo del mundo hice de nuevo check-in en Easyfly para mi vuelo a Medellín.
Pasé seguridad y me dirigí a los gates B desde dónde salía ese vuelo, y desde allí observé como estaban remolcando el Avión en el que había llegado desde el gate a la plataforma de descongestión, a hacerle compañía al resto de la flota de GCA por el resto del día.
En esas me encontré con un amigo que es Piloto y vuela en Avianca e iba de salida hacia Bogotá, hablamos tres o cuatro minutos, y él siguió a preparar su Avión, y yo a una silla en mi sala de espera.
Ahí quedaron por el resto del día, a la vista incluso desde el ATR 42-600 de Easyfly (en efecto ese fue el tipo de Avión que me tocó después, para mi delicia avgeek) en el que saldría a Medellín un par de horas después para terminar la jornada.
Un solo vuelo no es vara para medir como es una aerolínea en general. Sin embargo, es todo lo que tengo ahora para hablar al respecto.
Y con base en eso, puedo decir que en GCA me fue muy bien. El proceso de compra de tiquete fue fácil, el check-in online no tuvo rollos (más que el pequeño “retraso”), los funcionarios que vi hicieron todos el trabajo que les tocaba sin enredo.
El servicio fue adecuado, incluía maleta y check-in sin imprimir nada en el tiquete básico sin costo adicional, y el Avión fue lo suficientemente cómodo.
Aparentemente hicieron un trabajo con las sillas para el lanzamiento de GCA, porque si bien en el panel superior se nota que es un Avión clásico, las sillas se me hicieron modernas. Y sobre todo y muy importante, estuvieron a tiempo.
En algunos post de redes sociales he visto dos o tres quejas de algún retraso, supongo que sí habrán tenido. Y bueno, pasa hasta en las mejores, el problema es que se vuelva crónico y descarado.
De nuevo, son una aerolínea nueva y estos “problemas de crecimiento” siempre existen, solo hay que recordar a VivaColombia (hoy Viva Air) en sus inicios, y ver lo que son ahora en cuestión de puntualidad.
Pero conmigo en mi momento, en GCA fueron perfectamente puntuales.
También hay quién le da palo al Avión porque no es lo más moderno del mundo. Pero de nuevo, con el interior adaptado como está, y para vuelos internos en clase económica, para efectos prácticos no tiene realmente diferencia mayor o importante con los Aviones más modernos que vuelan otras aerolíneas en su mismo mercado.
Y sobre que sea más caro de operar el Avión versus algo más moderno, pues eso es asunto de la aerolínea y no del usuario.
Quienes alegan eso no suelen tomar en cuenta que el leasing de lo último en guaracha suele ser mucho más costoso que el de un Avión más antiguo (incluso dentro de las mismas familias, no es lo mismo un Airbus A320 de 1997 que uno de 2019), y que el ahorro en costo de operación puede no compensar ese aumento del leasing (entre muchísimas otras variables que yo ni sé).
Y hablo de leasing, porque son pocas las aerolíneas que compran un Avión de ese tipo chan-con-chan ellas mismas. Eso necesita un músculo financiero que muy pocas empresas en el mundo tienen, y aún para esas, en ocasiones es más conveniente el leasing.
Entonces si uno puede tener un Avión algo más antiguo que quizás sea más caro de operar en el día a día (y eso habría que afirmarlo con números en mano, yo aquí solo estoy especulando), pero con un leasing más barato, o incluso tenerlo en propiedad, pues en ciertos escenarios tiene sentido hacerlo así.
Lo que importa como en todo es que el interior y el producto ofrecido esté más o menos a la par del mercado dentro de lo que cabe y según el tipo del público al que estén orientados (no es lo mismo Ryanair que Singapore Airlines), que el mantenimiento sea adecuado, y que la tripulación sea competente.
Hay que ver a Delta Air Lines, una de las aerolíneas más grandes y exitosas del mundo, todavía volando felices de la vida con McDonnell-Douglas MD-80, MD-90 y Boeing 717 entre otros “viejitos” (y yo feliz por eso).
Seguro, a lo mejor en GCA van a querer un Avión más nuevo eventualmente, es más, les va a tocar obligados porque los Aviones tienen una vida útil determinada, pero no le veo ningún problema ahora mismo.
No creo que los pasajeros que no son aficionados a la Aviación se den mucha cuenta de nada de eso (asumiendo un interior adecuado como el que me tocó).
Y por mí, entre más viejo y más raro mejor, pero ese soy yo y sé que no respondo a las exigencias del mercado para que una empresa sea exitosa jaja.
Dejando de lado el asunto con el sistema para ver el estado del vuelo, se me hizo una experiencia totalmente adecuada para un vuelo doméstico de una hora y media en clase económica.
Lo repetiría sin problema asumiendo que la experiencia que yo viví es su modo consistente de operar. Obviamente, aprovechando las oportunidades de mejora, que siempre existen.
Ojalá así sea, y ojalá se den a conocer mejor y les mejore el número de pasajeros. Siempre hace falta la variedad y la competencia para el usuario, y los Aviones distintos para el spotter.
También, ojalá en algún momento vuelen a Medellín.