Este artículo fue actualizado en: Diciembre de 2018
Este artículo de Kiev y Chernobyl es medio largo y por lo tanto está dividido en cuatro (4) partes. Estás a punto de comenzar a leer la parte cuatro (4). Elige aquí otra parte a la que quieras ir: | Uno (1) | Dos (2) | Tres (3) |
Explicado ahí más o menos qué pasó en el accidente, y por qué, es hora de describir mi visita al lugar.
Inicialmente por allá no se podía ir, era el deleite de los taxistas colombianos residentes en Ukrania cuando les pedían carreras por allá.
Había gente que lograba ir por asuntos científicos, o los muy pocos periodistas que permitían de vez en cuando.
En adición a eso, también había excursiones ilegales, pero organizadas, que se metían por algún lado no tan custodiado.
De hecho, era una “industria” bastante activa, a pesar del peligro y la ilegalidad.
A finales de 2010, el gobierno de Ukrania prefirió permitir, y organizar, excursiones legales por puntos conocidos que no son tan peligrosos.
Por supuesto, cobrando una platica por eso. Desde 2011 el nuevo régimen legal de visitas ha estado activo, ese fue el que me tocó a mí.
Y por eso ya no se puede entrar a ciertos edificios que antes sí, entre otras cosas.
El gobierno tiene una agencia dedicada exclusivamente al manejo de la zona de exclusión, y ellos son quienes autorizan a visitar.
Para esto tienen que ser contactados con varios días de anticipación con una documentación, y unos requisitos específicos (y por supuesto, el pago).
No estoy muy seguro si igual toca ir con intermediario siempre, o como es la cosa.
Pero uno que no es local, ni habla el idioma (aunque amaría con loca pasión hacerlo), y solo está de paso, lo que hace es que mejor reserva con alguna agencia que haga la excursión.
Así se ahorra toda esa logística y sus potenciales dolores de cabeza. No son solo los permisos, también es el transporte hasta por allá, y dentro del lugar una vez que llega.
La agencia obviamente se lleva su tajada, pero me parece legítimo.
Ellos hacen todo, y lo único que uno tiene que hacer es estar a una hora específica en un lugar específico de Kiev, tener su pasaporte en la mano, y estar vestido según las normas (no es por mojigatería, es por radiactividad y cositas).
Obvio, asumiendo pues que uno pagó, e hizo la reserva con la anticipación debida.
En mi caso, hasta me recogieron en el apartamento donde me estaba quedando en Kiev (el que les mostré en la parte 1 de este artículo) por algún dinero adicional.
Resulta que yo me estaba quedando cerca del lugar donde uno tenía que llegar si no elegía que lo recogieran, pero yo no tenía ni idea.
No tenía mucho tiempo para ponerme a averiguar, y en ese entonces yo no tenía smartphone, solo un celular flecha por si las moscas.
Todavía me pregunto cómo hice sin esa vaina para que me fuera tan bien viajando por ahí solito, virginal, y vulnerable en tierras lejanas.
Hoy no lo concibo, pero me queda el recuerdo de que lo hice y sobreviví solo un par de veces que me perdí.
Afortunadamente fueron en Asia, donde el riesgo Medellín fronteras invisibles no existe.
Cuando viajé después de haber conseguido smartphone fue un salto… cuánticoooo (mira mi terminología científica, ¡mírala carajo!).
El conductor que me recogió llegó bastante puntual, y tras saludarnos me gozó por eso. Me dijo:
–“Hubieras podido ir caminando y te ahorrabas esa plata”.
Yo le dije que no tenía ni idea de donde estaba parado, y ni por el carajo quería arriesgarme a perderme, y que me dejaran tirado. Él se rió y seguimos el camino.
Recuerden de nuevo pues que no tenía smartphone ni plan de datos ni nada.
Solo podía tener la información que hubiera averiguado antes de salir del apartamento, y si llegaba a perderme pues de malas.
Igual, habría sido cosa de encontrar a alguien que entendiera algo de inglés, y que le pudiera decir la dirección a uno. Pero de nuevo, llegue a tiempo a ver si es capaz.
Eso me pasó en Shanghai y en Tokyo alguna vez (como mencioné), pero en esos momentos estaba relajado sin una hora específica para llegar a nada.
Hasta disfruté estar perdido, recuerdo.
¿Pero correr el riesgo, por pequeño que fuera, de que me dejara el transporte a Chernobyl? ¡Las güevas!
Entonces había que mitigar ese riesgo. Y pagué adicional por ser recogido en la casa, aunque cerca si estaba, y la gozada de quien me recogió era merecida.
Debí parecer uno de esos perezosos que anda en carrito de golf dentro del supermercado.
Pero bueno, llegamos al lugar. Era cerca a la plaza Maidan si mal no recuerdo, y el resto de personas comenzaron a llegar muy puntuales.
Nadie quería que lo dejaran por impuntual.
Igual no había ningún latino fuera de mí, entonces no era hora Colombia que te dicen a las dos para llegar a las cuatro y les parece normal, y hasta te miran raro si de hecho llegas a las dos. ¡Las dos son las dos!
Y bueno, yo en la puntualidad soy todo menos latino.
Ahí me entregaron un dosímetro que alquilé para el día.
En realidad el dosímetro no era necesario, ya que los guías tenían y uno no se iba a meter donde le dijeran que era peligroso. Creo que fui el único del grupo que hizo eso jajaja.
Pero yo estaba muy gomoso, y me alquilé mi propio dosímetro con mujerzuelas y juegos de azar. Incluso había la opción de comprarlo, y yo lo consideré MUY seriamente.
El aparatico fuera de medir radiación también tenía alarma para despertarlo a uno, al pelo.
Pero al final me contuve, el espíritu de clase media-baja me pudo.
Bueno no, más que el espíritu, me pudo el extracto bancario de clase media-baja.
Abordamos pues una van muy cómoda y arrancamos hacia Pripyat.
La planta, aunque se le conoce como Chernobyl, está cerca es de Pripyat, y no tanto del pueblo de Chernobyl. Este último pueblo todavía existe, y está habitado.
Saliendo de Kiev.
Detrás de este amigazo en algún lado de la vía.
El camino hasta el lugar era de unas dos horas o más.
Antes de entrar a la zona de exclusión paramos en un punto de control que se llama Dytyatky, para que los militares revisaran los pasaportes e hicieran un chequeo general.
Tenían que coincidir los pasaportes con la lista de gente autorizada para ese día en la documentación oficial. Si no, habría tabla.
Afortunadamente todo estaba en orden, y tras el chequeo seguimos nuestro camino hacia la zona de exclusión y más allá.
—–
Un pequeño paréntesis de la zona de exclusión:
Cuando se evacuó Pripyat, inicialmente era por tres días. Sin embargo, la gente nunca regresó.
En adición a Pripyat, se evacuó la zona de exclusión de 30 km una vez fue creada. En ese radio había unas cuantas villas.
Pero algunas pocas personas de esas villas se negaron a evacuar, y otras tantas fueron evacuadas, pero regresaron clandestinamente a sus hogares después por varias razones.
Estas personas técnicamente hicieron algo ilegal, pero el gobierno toleró su regreso y permite que vivan allí, aunque lo hacen en un limbo legal.
Los habitantes se cuentan en unas cuantas decenas, y su promedio de edad puede ser de unos 65 años.
A estas personas las llaman “samosely”.
Los más viejos son los “originales”, pero con el conflicto en el Donbass ha habido personas que han salido de esa región desplazadas por esa guerra.
Y unas pocas han terminado viviendo dentro de la zona de exclusión porque no tienen como pagar nada más dentro del país.
Dicen estos nuevos “samosely” que viven en tranquilidad. Que la radiación igual las mata pero de a poquito, y que la prefieren a morir por una bala perdida en esa guerra.
Es otra arista de todo este rollo, y algo que no debe tener muy contento al gobierno.
Así pues, es ilegal vivir en la zona de exclusión y la inmensa mayoría de gente fue evacuada y nunca regresó. Pero hay gente ahí viviendo todavía, por una cosa o la otra.
Fin de pequeño paréntesis de la zona de exclusión.
—–
Llegamos pues al pueblo de Chernobyl, todavía habitado actualmente, como les comentaba.
En la Unión Soviética los letreros de bienvenida a las ciudades o pueblos no eran uniformes, y casi siempre tenían algo alusivo a la actividad principal del lugar, o algo por lo que fuera conocido.
Ahí arriba está el letrero de bienvenida al pueblo de Chernobyl, creo que no tengo que explicar mucho por qué es así.
Ahí nos sentaron a mostrarnos unos mapas y a deciros qué pasó, a explicarnos lo que íbamos a hacer durante el día, y a darnos las instrucciones de seguridad.
Ahí en la foto de abajo se ve lo que entiendo como el mapa de concentración en la zona del Cesio-137 que se escapó del reactor en el accidente.
Ese isótopo es producto del proceso de fisión (proceso que medio intenté explicar con lo que medio sé en la parte 3 de este artículo), y es muy tóxico.
Entonces quedó regado por todas partes, y donde más haya quedado concentrado, pues más peligroso es. Y para eso el mapa.
También vi la hoja donde estaban las instrucciones. Y otra donde estaba la autorización, los datos que pide el gobierno, y el listado de miembros del grupo.
Ahí en la hoja de instrucciones dice:
“CARTA DE INSTRUCCIONES PARA VISITANTES DE LA ZONA DE EXCLUSIÓN Y LA ZONA DE REASENTAMIENTO ABSOLUTO (OBLIGATORIO)
Cuando visiten la zona de exclusión todos los extranjeros y nacionales ukranianos estarán obligados a:
- Usar ropa y zapatos, proteger al máximo el cuerpo, cabeza, manos, y pies.
- Cumplir con las reglas de seguridad de la radiación, regulaciones de salud y seguridad.
- Cumplir estrictamente con las indicaciones del oficial enviado
- Moverse solamente por las rutas prediseñadas y bajo la autoridad del oficial enviado.
- Seguir normas de higiene personal.
Durante la visita a la zona de exclusión está totalmente prohibido:
- Llevar cualquier tipo de arma.
- Tomar licor o usar drogas.
- Comer y fumar al aire libre.
- Tocar cualquier estructura o vegetación.
- Sentarse o poner el equipo de foto o video en el piso.
- Llevarse cualquier ítem por fuera de la zona.
- Violar el código de vestimenta (zapatos abiertos, shorts, pantalones, faldas).
- Estar en la zona sin el oficial enviado responsable.
- Recoger, usar, y llevar de la zona de exclusión y la zona de reasentamiento absoluto (obligatorio) productos vegetales y cría de ganado (vegetales, frutas, bayas, hongos, plantas, peces, etc) que hayan sido cultivados en la zona de reasentamiento absoluto (obligatorio), excepto muestras para propósitos científicos.
- Traer o llevarse de la zona de reasentamiento absoluto (obligatorio) cualquier animal (perros, gatos, etc).
- Tomar agua de los pozos, ríos, y otras fuentes de agua al aire libre. Solo se permite usar agua del sistema de abastecimiento de agua de Chernobyl, o agua de tiendas.
Todas las instrucciones del oficial enviado serán obligatorias para los visitantes. Tomar fotos y videos de la zona del recorrido designado estará sujeto a la autorización del oficial enviado.
Al dejar la zona de reasentamiento absoluto (obligatorio) es necesario:”
En mi grupo la guía era de Ukrania, y las nacionalidades oficiales de los visitantes eran: Australia, Nueva Zelanda, Suecia, y Reino Unido (Inglaterra literalmente, pero ese pasaporte no existe. Existe el de Reino Unido). Como se ve abajo.
Entendidas las instrucciones iniciamos el recorrido.
Por supuesto había varias normas que obedecer, pero la guía y el conductor no estaban particularmente estrictos o cansones. Todo lo contrario, de hecho.
Pripyat en su momento era una ciudad “modelo”, construida en 1970 a propósito, para que allí vivieran los operadores de la planta nuclear y sus familias.
Obviamente también tenía otros servicios y empresas, pero el núcleo de su existencia era la planta nuclear.
En ese entonces en la Unión Soviética esos trabajos eran bastante buenos y deseables, y por ende la ciudad era bastante moderna y cómoda en su contexto.
Para el momento de su evacuación tenía cerca de 50.000 habitantes. Ahora el lugar está totalmente abandonado, y la naturaleza se lo ha ido “chupando”.
Perrituuuu.
Hoy en día donde vive la mayoría de gente que tiene que ver con la zona de exclusión se llama Slavutych, y bueno, el pueblo de Chernobyl también, como decía.
Emprendimos el camino, e inicialmente llegamos al monumento a los liquidadores (que les mencioné en la parte 3). En la placa dice:
–“A los que salvaron el mundo”.
Luego vimos algunos de los robots que intentaron usar para limpiar el techo del reactor, pero que no funcionaron por tanta radiación (lo que dio paso a usar los “bio-robots”).
Al salir de donde estaban los robots, llegamos a un monumento de la Segunda Guerra Mundial.
Este monumento estaba desde antes del accidente.
Pasamos por un jardín infantil en un lugar que se llama Kopachi.
Kopachi era una pequeña villa que fue evacuada después del accidente, y luego destruida con bulldozer y enterrada, literalmente.
Lo único que sobrevivió fue el jardín infantil.
Todavía tiene muñecos, juguetes, y libros de la época que quedaron ahí tirados después de la evacuación forzada.
Entrando.
Ahí dice “esquina de los padres”. La típica cartelera de guardería para los papás.
Ahí midiéndole la radiación a ese peluche, casual.
Libros y cuadernos.
Otro juguete abandonado.
Aprendiendo a leer y escribir con la jirafa.
Más libros abandonados.
Libros.
Midiendo la radiación ahí pegado de la entrada.
Entre un lugar y otro yo jugaba con mi dosímetro, ahí en la foto de abajo la dosis estaba bastante baja.
Cuando iba subiendo llegaba a un punto en que empezaba a pitar y titilar.
En camino a los siguientes lugares tuvimos a la vista parte del reactor número 5.
Reactor número 5. Ese reactor nunca terminó de ser construido, aunque su cancelación oficial se dio solo en 1989, tres años después del accidente.
Torres de enfriamiento.
Reactor número 4, el del desastre, en la distancia.
Después de unos minutos llegamos a Pripyat.
Casual en el letrero de bienvenida a Pripyat.
Como pueden ver es diferente al del pueblo de Chernobyl. Como les digo, los letreros no eran uniformes, eran adecuados al pueblo o ciudad.
Ni idea ese bus qué o qué.
Entramos al pueblo cerca de las vías del tren.
Edificios “chupados” por la naturaleza.
De las primeras cosas que vi fue una cruz.
Camino a una especie de muelle cerca al río Pripyat pasamos por un edificio que tenía un letrero en el techo que decía, precisamente, “Pripyat”.
Al parecer era un café bastante famoso en el pueblo.
A medida que iba pasando por ciertos lugares, la guía me prestaba algunas fotos, y me decía:
–“Mirá, así es que era este lugar antes del accidente”.
Algunos lugares solo eran reconocibles por algunas referencias, otros si se notaba de una lo que habían sido.
En la primera foto de la galería de abajo se ve la estatua de Prometeo, en frente del cinema del pueblo.
La estatua la movieron a un memorial del que les hablaré más abajo.
Pronto llegamos a la orilla del río.
El río está detrás de la vegetación.
Midiendo la radiación en el río.
El tiempo haciendo de las suyas.
Hay un edificio que era residencial, de 16 pisos. Tiene una gran estrella soviética en el techo.
Estrella soviética.
“Dead don’t cry”. (“Los muertos no lloran”.)
El cinema “Prometey” (“Prometeo”) era un lugar muy popular en su momento en Pripyat.
Ahí la gente se reunía a ver películas, o simplemente en plan de tertulia en el café que tenía.
Lo que queda del cinema Prometey.
Parte del exterior.
Interior.
Ahí dice “entrada a la caja”.
Esto era una escuela de música.
Pasé por el frente de un edificio con un signo de peligro nuclear y la palabra “Complejo”, con algunas letras del letrero caídas al piso.
No estoy muy seguro qué era en su tiempo, se me hace que podría haber sido un edificio administrativo municipal o algo así.
Tenía un letrero desvanecido que decía algo como:
“Empresa especializada en gestión y descontaminación de residuos radiactivos.”
Así que supongo que ese rol lo tuvo una vez sucedido el accidente, y era la base de algún equipo que hacía alguna labor importante.
Pero ni idea qué rol cumplía en Pripyat antes del accidente.
El Hotel Polissya, otro de los edificios altos que había en Pripyat.
Inmediatamente después del accidente fue el cuartel general de los liquidadores, y el centro de coordinación con la ayuda aérea.
Este de abajo era el “Palacio de la Cultura ‘Energetik'”.
Ahí había eventos, conciertos, y competiciones deportivas.
Acercamiento a los letreros.
Este era el parque de diversiones. En teoría lo iban a inaugurar en mayo de 1986. Pero mayo nunca llegó para los habitantes de Pripyat.
Ahí estoy justo debajo de la rueda de la fortuna.
Hay versiones que dicen que el parque fue inaugurado de afán en la catástrofe para distraer a los habitantes, y hay una que otra foto que dicen es del parque funcionando, en teoría. No tengo ni idea cuál es la verdad de esta versión.
El parque, en especial la rueda de la fortuna, se ha convertido en un símbolo del accidente.
Incluso sale en un videojuego muy famoso que se llama Call of Duty 4. Creo que ese fue el último Call of Duty que jugué seriamente, dicho sea de paso.
Yo tenía ese juego y me lo pasé, y cuando estuve en esa rueda de la fortuna recordé todo. Sobre todo al “villano” principal diciendo en el intro:
–“Our so called leaders, prostituted us to the west”. (-“Nuestros dizque líderes, nos prostituyeron a occidente”).
En el video de abajo se ve la escena.
No solo eso. El parque tiene unos niveles de radiactividad muy disimiles.
Por ejemplo, el pavimento es seguro. En la operación después del accidente, los liquidadores lo limpiaron parcialmente.
Y en parte, según me dijeron, ese material se “chupa” la radiactividad (aunque a mí no me consta eso científicamente hablando, ni idea pues).
Miren en estas fotos abajo donde tengo puesto el dosímetro (sobre pavimento) y la cantidad de radiación que está registrando:
1.28.
Uno camina relajado pues. Pero por otro lado, la vegetación no se “chupa” esa radiactividad de esa manera (tampoco me consta científicamente como es el maní ahí).
Y entonces los niveles aumentan abruptamente en cuestión de centímetros, comprobado con mi dosímetro alquilado.
Miren de nuevo en estas otras dos fotos la ubicación del dosímetro (sobre la vegetación, a centímetros del pavimento donde lo puse antes) y la radiación que detecta, y comparen con los números de arriba:
¡19.27!
En el parque de diversiones fue donde más diversión tuve con el aparatico, valga la redundancia.
Ahí en el video de abajo estoy muy cerca a la vegetación peligrosamente radiactiva con el dosímetro emitiendo una alarma, y tan pronto me alejo hacia el pavimento la vaina se calma.
Este letrero era de un restaurante, quizás un buffet.
Reconozco algunas palabras en esos letreros azules como “frutas” y “salchicha”.
La estación de bomberos de Pripyat.
Esos bomberos fueron de los primeros en hacer frente a la catástrofe (y sufrir las consecuencias). De los primeros liquidadores.
Interior de la estación de bomberos.
Esto estaba tirado en la entrada de la estación de bomberos. Mejor no acercarse mucho, creo yo.
¿Habría sido un carro de bomberos?
La cárcel.
Una celda de la cárcel sin flash.
Una celda de la cárcel con flash.
Interrumpimos el recorrido para ir a almorzar.
Después de eso iríamos a ver un memorial, justo el lugar donde pusieron la estatua de Prometeo que estaba en el cinema.
Y luego de eso, iríamos al reactor número 4, el del accidente.
El almuerzo lo tomamos en el lugar donde lo toman todos los trabajadores del lugar.
Gatiiiiico.
Al ingresar y salir, miden tu nivel de radiactividad con una máquina. Si estás bien, pues bien.
Radiactivooo soy.
Eso no lo hacen solo en ese lugar, hay varios filtros desde la zona de exclusión.
Ahora, si por alguna razón te pasaste del nivel te tienen que hacer un tratamiento especial antes de que puedas salir de la zona.
Si lo que activó la máquina fue un objeto material que llevas, pues determinan si lo pueden limpiar.
Si no se puede limpiar, pues paila, te toca abandonar lo que haya sido (zapatos, reloj, qué sé yo…). No es opcional.
Eso lo miden con una máquina especial toda ciencia-ficción.
El almuerzo fue abundante, y no recuerdo que hubiera estado para nada maluco.
En Moscú había comido borscht ya, que es una sopa tradicional de Rusia y Europa Oriental. Ahí en Pripyat repetí (es la sopa roja).
Después de almorzar, el recorrido siguió. Ahí caminé por encima de un puente de tren, debajo del cual hay parte del lago de enfriamiento del reactor.
Ahí hay muchos peces vivos que uno alimenta si quiere.
No creo que nadie los pesque, por obvias razones.
Estos peces pueden llegar a ser gigantes, y hay varias leyendas urbanas que dicen que eso es debido a la radiactividad.
En lo que yo he leído, esa no es la razón.
Simplemente no tienen depredadores, pero sí tienen alimento, entonces en esas condiciones crecen mucho más que los peces de su misma especie en condiciones ecológicas normales.
Hay una historia de un puente de tren, aunque no estoy seguro si era el mismo sobre el que estaba caminando. Quizás no.
La cosa es, que dicen que en la noche del accidente había algunas personas ahí en un puente de tren.
Cuando sucedió el accidente se quedaron viendo hacia el reactor, los colores hermosos que estaba mostrando, y el “show” que les estaba dando.
Pues nada, cuando todo estalló el viento llevó la nube radiactiva hacia donde estaban ellos, y ninguno sobrevivió. Desde ese entonces al puente le llaman “el puente de la muerte”.
Avanzando pues, llegué a la estatua negra de la que tanto he hablado. Es la estatua de Prometeo.
Como venía mencionando unos párrafos atrás, la estatua al principio estaba al frente del cine del la ciudad. El cine se llamaba precisamente “Prometey” (“Prometeo”).
Cuando sucedió el accidente la trasladaron al frente del Jardín del Recuerdo, un memorial que construyeron para recordar a algunas de las víctimas.
En el Jardín del Recuerdo hay unas placas con nombres de estas víctimas del accidente que menciono, y una cruz de madera al fondo.
Es un lugar que ha sido visitado por jefes de estado de Rusia y Ukrania, como se ve en la foto de abajo.
Ahí fue visitado conjuntamente por Dmitry Medvedev (Rusia) y Viktor Yanukovych (Ukrania). ¿Recuerdan a Yanukovych de la parte 1 de este artículo?
En la mitología griega, Prometeo representa el ingenio, la inventiva.
Se robó el fuego del monte Olimpo, y se lo dio a la humanidad, haciendo embejucar a Zeus (Zeus vivía bejuco igual).
Con el fuego, la humanidad podía avanzar mucho en varias áreas. Entonces de cierta manera, la estatua representa la ambición humana por avanzar, sobre todo en el campo científico (y quizás también lo que puede pasar si las cosas se salen de madre en ese anhelo).
Luego de pasar por ese lugar, llegamos al lugar más cercano que nos permitían del reactor número 4.
Es una pequeña plaza, donde está el monumento a los constructores del sarcófago. Desde allí veíamos al reactor número 4 con su sarcófago.
La radiactividad efectivamente aumentaba bastante en ese lugar, según mi aparatico.
En la foto no se ve porque ya estaba pitando con alarma por la dosis alta, y cuando hacía eso titilaba. Y bueno, le tomé la foto justo cuando estaba en la fase en que el número no aparecía… Y no caí en cuenta de tomar otra con el número visible.
Era algo escalofriante estar presente ahí, tener todo a la vista, y saber lo que había pasado.
Esas experiencias son las que me hacen reflexionar realmente. No navidad, ni ninguna pendejada de esas.
Según un traductor online, ahí dice:
–“A los héroes profesionales que defendieron el mundo de las calamidades nucleares en conmemoración del vigésimo aniversario de la construcción del objeto de ‘refugio’.
30 de noviembre de 2006.”
Todavía me sirve medio saber leer cirílico, aunque sea para usar un traductor online porque no entiendo un carajo de lo que leo jajaja.
“Objeto de ‘refugio'” es el nombre oficial del “sarcófago” inicial. El que me tocó a mí, antes del NSC de Novarka.
Ese era el final de nuestro paso por Pripyat y el reactor. Luego de eso regresamos al pueblo de Chernobyl.
Saliendo del sector, vi un letrero gigante de Novarka.
Ahí debía ser el lugar donde estaban preparando el NSC, el nuevo sarcófago gigante y moderno, que para el momento de escribir esto está prácticamente listo e instalado.
En camino al pueblo de Chernobyl me fui midiendo la radiación, cómo no.
Llegando.
Allí me compré un imán para la nevera, y también visitamos otro memorial.
En ese memorial había una estatua de un ángel de metal que apunta a una piedra con algo escrito, creo que es un versículo de la biblia.
Hay un camino con letreros a los lados. Cada letrero representa una de las villas que desapareció por haber tenido que ser evacuada y abandonada.
Ahí sí emprendimos el camino hacia Kiev de nuevo.
Para finalizar esta parte, y el artículo, los dejo con esta galería de fotos que tomé ahí mismo en la visita. No usé estas fotos para ilustrar lo que han leído.
Véanla, puede resultarles interesante.
Y bueno, iniciamos pues el recorrido de regreso, y en un par de horas llegamos a Kiev.
Yo ahí me dirigí al apartamento muy satisfecho. Había sido un día increíble.